El mundo de la música está lleno de matices y posibilidades, y una parte crucial para hacer que tus canciones destaquen es el proceso de masterización. Ya sea que necesites un master para CD o para streaming, es importante entender las diferencias y aprovechar al máximo cada plataforma.
Te desvelamos las 5 claves para lograr un master impecable y te guiaremos a través de las particularidades de cada formato. Desde niveles de volumen hasta formatos de audio y consideraciones especiales, descubre cómo llevar tus producciones al siguiente nivel.
Las 5 diferencias entre master para CD o Streaming
1 – Volumen del Master y Rango Dinamico
2- Formato y Calidad del Audio
3 – Espacio entre canciones
4 – Metadatos
5 – Nivel de Referencia
Volumen del Master y Rango Dinamico
Cuando hablamos de hacer un master para CD, estamos entrando en el territorio de los discos físicos, donde el volumen puede ser un poco más salvaje. Puedes jugar con los niveles de volumen y lograr un rango dinámico amplio.
Pero ¡cuidado! No te pases de la raya y evita que tu música suene como si estuviera atrapada en una lata. Recuerda, ¡la clave está en encontrar el equilibrio perfecto!
Ahora, vamos a la jungla del master para streaming. Aquí, los algoritmos de normalización son los reyes y ajustan el volumen automáticamente.
Entonces, lo importante es no llegar a niveles extremadamente altos para evitar que tu música sufra una compresión dolorosa. No queremos que tus canciones se queden atrapadas en un bucle de volumen incontrolable. ¡Dejemos que respiren!

Formato y Calidad del Audio
Cuando se trata del formato y la calidad de audio, los masters para CD se suelen convertir en archivos PCM (se usa para convertir una señal analógica en digital sin perder calidad), que es el estándar para estos discos de audio. La resolución típica es de 16 bits y 44.1 kHz.
Por otro lado, en el mundo del master para streaming, necesitamos estar un poco más frescos y modernos. Ahí es donde entran los archivos WAV o FLAC de alta calidad, con resoluciones más altas como 24 bits y 48 kHz.
Resumiendo, el master final se suele exportar en WAV, FLAC, AIFF, pero la clave esta en la frecuencia de muestreo y en los bits de profundidad.

Espacio entre Canciones
¡Cuidado con el espacio entre canciones! En los CDs, está bien dejar un pequeño respiro entre cada una. Pero en el mundo del streaming, ¡esas canciones se mezclan sin pausa! Así que no pierdas el ritmo, mi amigo. Deja que tus temas fluyan como un río musical continuo. ¡Sin espacios, solo puro flujo sonoro!
Metadatos
Ahora hablemos de los metadatos y marcadores. Los masters para CD necesitan todos esos datos correctos: nombres de álbumes, títulos de canciones, números de pista. Además, puedes añadir marcadores para una navegación más sencilla.
Pero en el master para streaming, los metadatos son aun más importantes. Asegúrate de seguir las reglas de cada plataforma de streaming y sus recomendaciones para una distribución sin problemas. ¡Que tus canciones no se pierdan en el vasto océano del streaming!
Nivel de Referencia
Cuando se trata de CDs, lo máximo es el máximo. Sí, el pico máximo es la referencia de nivel que utilizamos durante la masterización. Pero espera, en el mundo del streaming, las cosas se ponen matemáticas.
El héroe de la historia es el RMS (Root Mean Square). Los servicios de streaming aplican algoritmos mágicos de normalización basados en el valor RMS para igualar el volumen de las canciones.

¡Y ahí lo tienes! Las diferencias entre master CD y Streaming han sido reveladas por nuestros ingenieros de sonido. Recuerda, un buen ingeniero de masterización es como un mago del sonido, capaz de adaptar tu música para que brille tanto en los CDs como en las plataformas de streaming. ¡Así que suena bien, disfruta del proceso y que tu música conquiste el mundo, ya sea en un CD o en streaming!
